Sin ninguna duda la llegada de este libro a mis manos, fue un regalo doble. Primero porque recibí el libro y segundo porque me lo trajo mi querido amigo Daniel Schupbach de Río Gallegos, desviando su ruta unos cuantos de cientos de kilómetros para venir a dejarlo. Simplemente ¡Gracias Daniel!.
Siempre admiré a Osvaldo Topcic y tuve la alegría de conocerlo en un Simposio sobre los bandidos norteamericanos, realizado en Esquel en el año 1997. Un hombre sencillo, acogedor y muy conocedor de la Patagonia. Curiosamente, aunque he leído muchos artículos de él, no tenía en mi biblioteca ninguno de sus libros. Hace un tiempo vino Daniel y le entregué varios ejemplares de mi libro Una Historia, Muchos Mitos y le dije que los regalara a quien considerara merecía leerlo. Una de esas personas fue el hijo de Osvaldo Topcic, que en retribución me mandó este libro y que Daniel, en un viaje a Caleta Olivia, no dudó en venir a dejarmelo. Es un excelente libro que contiene varias historias del territorio de Santa Cruz, muy ameno y entretenido. Como siempre les digo, si lo ven, no duden en adquirirlo. No sé donde lo venden, pero vale la pena averiguarlo.
Voy a contarles como anécdota que mi amigo Daniel no come nada de productos del mar y siempre ue me avisa que viene me preocupo de esperarlo con un almuerzo con productos de "tierra adentro", pero el día que vino yo tenía una entrada de cochayuyo ¡exquisita! y una cazuela de cordero con luche y como había descongelado una buena parte del espinazo de cordero, hice un estofado, sin saber que vendría nuestro querido amigo. Pues bien, Daniel ( yo creo que por primera vez en su vida) comió la entrada y la cazuela y le encantó, de tal forma que no quiso comer estofado. No sé si habrá sido gentileza de él o mi buena mano para la cocina. Fue un lindo día de mucha conversación y mucha alegría por recibirlo a él y recibir el libro de mi admirado Osvaldo Topcic.
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